Los empresarios de la Ribera Baja miran con esperanza hacia el año 2024, con la convicción de que este año marcará el fin de una prolongada serie de calamidades que han afectado la región en los últimos tiempos. A pesar de los desafíos enfrentados durante años difíciles, Armando Mateos, presidente de AIRBE, se muestra optimista ante las perspectivas de un futuro más prometedor.
Uno de los proyectos clave que brinda esperanza a los empresarios es la actuación para mejorar el tráfico en la rotonda de enlace entre la A-68 y la Z-40, lo que beneficiará especialmente al corredor industrial de la carretera de Castellón. Muchos trabajadores de las empresas ubicadas en esa área se desplazan diariamente desde Zaragoza hacia La Cartuja, El Burgo, Pina, Fuentes o Quinto para llegar a sus puestos de trabajo. Aunque los empresarios celebran esta iniciativa, están trabajando en estrecha colaboración con los ayuntamientos y asociaciones para minimizar las posibles afecciones al tráfico durante la ejecución de las obras, lo que representa un desafío adicional tras casi cuatro años de dificultades constantes.
El presidente de la Asociación de Industriales de la Ribera Baja del Ebro (AIRBE), Armando Mateos, recuerda que la obra del paso inferior está vinculada a la reivindicación del desdoblamiento de la N-232, una medida crucial debido a los accidentes y los atascos que se producían en esa zona.
En un esfuerzo por abordar las preocupantes cifras de accidentes, AIRBE ha estado trabajando en un plan de acción enfocado en la seguridad vial, colaborando con la Fundación Educatrafic y la Dirección General de Tráfico (DGT) para reducir el número de más de 70 accidentes registrados en los últimos tres años.
Además, los empresarios están en conversaciones con el Consorcio de Transporte del Área de Zaragoza para proporcionar información a las empresas sobre la posibilidad de subvencionar un 20% del coste del transporte de empresa, siempre que haya un transporte compartido entre dos o más entidades. Estas iniciativas se discuten en foros específicos, como el reciente encuentro celebrado en Pina de Ebro.
Sin embargo, la región aún se recupera de los efectos de la tormenta histórica ocurrida el 6 de julio, que paralizó varias empresas. Aquellas ubicadas en la ribera derecha del Ebro, desde La Cartuja hasta El Burgo, sufrieron inundaciones significativas, y algunas empresas como Trox aún no han retomado sus actividades, concediendo vacaciones anticipadas a sus trabajadores.
A pesar de estos desafíos, Armando Mateos descarta, por el momento, la necesidad de solicitar expedientes de regulación temporal de empleo (ERTEs). Sin embargo, si los trabajos de limpieza revelaran daños mayores dentro de un mes, esta opción podría no descartarse por completo. Los empresarios buscan una respuesta rápida en este asunto y piden coordinación con la Administración para asegurar que los seguros compensen al 100% a los afectados.
La tormenta solo fue el comienzo de una serie de desafíos que se sumaron a los años negros iniciados con la pandemia. La industria de la Ribera del Ebro estuvo paralizada durante varios meses, lo que generó una "demanda embalsada" y afectó las ventas en 2020, aunque habían trabajado tres meses menos. Sin embargo, esto fue solo un espejismo, ya que los precios de las materias primas, la electricidad y el gas aumentaron debido a la guerra de Ucrania, generando meses "infumables" que llevaron a una corrección a partir de junio de 2022, cuando la demanda comenzó a caer.
A pesar de estos desafíos, Mateos mira al presente con optimismo, aunque advierte que la posibilidad de una repetición electoral podría afectar la inversión privada y la marcha de las licitaciones de obras públicas. El dinero y la incertidumbre están relacionados, pero se espera que a partir de septiembre la normalidad regrese y que 2024 sea un año positivo para la región, dejando atrás esta serie de calamidades.